Los soldados abrieron fuego contra un coche que se saltó un control - Otros dos viajeros resultaron heridos de bala
Hasta ahora Marruecos había compaginado el palo y la zanahoria para acabar con la que es, por el número de participantes, la mayor protesta en el Sáhara Occidental desde que España se retiró en 1975. A medida que crece y se prolonga la concentración de miles de saharauis aumenta también el nerviosismo de las autoridades.

Los símbolos del Polisario en el campamento y algunos de sus simpatizantes, que se han sumado a la protesta colectiva, mantienen un perfil muy bajo. En Agdaym Izik manda un comité de coordinación integrado por jóvenes hasta ahora nada significados.
"Permitir que broten aquí reivindicaciones independentistas sería hacernos el haraquiri", explica al teléfono Omar, uno de los miembros del comité, "porque daríamos un pretexto a las fuerzas de seguridad marroquíes para cargar contra el campamento". "Vamos a aguantar aquí todo lo que haga falta", añade.
Subidos en camiones y en todoterrenos cientos, acaso miles, de gendarmes y de agentes de las Fuerzas Auxiliares, un cuerpo que depende del Ministerio del Interior, y de soldados rodean Agdaym Izik. A veces tratan de impedir el acceso a los que quieren incorporarse o no les dejan introducir agua y alimentos.
"También tiran piedras a nuestros vehículos cuando entramos y salimos del campamento en busca de comida", denuncia Mohamed, otro miembro del comité de coordinación que pide que no se publique su apellido "por temor a represalias". El Polisario sostiene que ya hay 41 heridos

El portavoz del Gobierno marroquí, Khalid Naciri, y el ministro de Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, aseguraron ante la prensa y en el Parlamento que lo que sucede en el campamento constituye "la expresión de reivindicaciones sociales normales que se enmarcan en el clima de libertad y de democracia que vive Marruecos".
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