La película:Propuesta que abraza lo absurdo y lo metafísico, y que se inspira en la pintura "Cristo cargando la cruz" del flamenco Pieter Brueghel el Viejo. Los cineastas escogieron doce personajes de la obra y combinaron sus historias con la creación de la tela. Majewski pintó los decorados y se utilizó lo último en técnicas digitales para incorporar a los actores al mundo de Brueghel. Rutger Hauer, Michael York, Charlotte Rampling y Joanna Litwin encabezan su reparto. La película también se exhibió en Sundance.
TÍTULO ORIGINAL | Mlyn I Krzyz (The Mill and the Cross) |
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AÑO | 2011 |
DURACIÓN | 92 min. |
PAÍS | ![]() |
DIRECTOR | Lech Majewski |
GUIÓN | Michael Francis Gibson, Lech Majewski |
MÚSICA | Lech Majewski, Józef Skrzek |
FOTOGRAFÍA | Lech Majewski, Adam Sikora |
REPARTO | Rutger Hauer, Charlotte Rampling, Michael York, Joanna Litwin, Dorota Lis, Bartosz Capowicz, Mateusz Machnik, Marian Makula, Sylwia Szczerba, Wojciech Mierkulow, Ruta Kubas, Jan Wartak, Sebastian Cichonski |
PRODUCTORA | Coproducción Suecia-Polonia; Silesia Film |
WEB OFICIAL | http://www.themillandthecross.com/ |
PREMIOS | 2011: Festival de Sevilla: Premio Especial del Jurado |
GÉNERO | Drama | Histórico. Cine épico “El molino y la cruz” es un film complejo y enroscado, como la telaraña que el propio Brueghel (Rutger Hauer) usa como analogía para empezar a explicar su obra “El camino del calvario”. Se trata de una película que ofrece un despliegue visual alucinante y varias capas de lectura, a la vez que exige un espectador concentrado, paciente y dispuesto a la contemplación estética y a la reflexión metafísica, antropológica y filosófica. Parece exigir demasiado, pero esto le asegura cero imparcialidad: habrá quienes la abandonen a los pocos minutos y habrá otros para quienes la recompensa resulte sumamente gratificante. Por supuesto, también estamos los que intentamos ofrecer una opinión algo más “objetiva”. En este sentido, puedo asegurar que esta cinta polaca no es apta para todo público , no porque sea mala (todo lo contrario), si no que seria mas, para un público particular al que pueda interesar este tipo de cine. Cine de autor, que me trae a la mente “El árbol de la vida” de Terrence Malick o “Melancolía” de Lars vonTrier, no porque haya similitudes estéticas o de contenido entre las tres, sino porque el “destinatario” de su enunciación me resulta parecido. El disfrute y la contemplación estética junto con las reflexiones metafísicas, antropológicas y filosóficas diferencian absolutamente a estas tres películas del resto de las producidas (y promocionadas) en estos últimos dos años. Volviendo a “El molino y la cruz” se puede decir que, si bien no está construida a partir de un relato convencional, las pocas secuencias “narrativas” (para diferenciarlas de otro tipo de secuencias más “descriptivas”) son impactantes y crudas, lo cual es casi obvio teniendo en cuenta que se trata de una especie de revival bíblico del viacrucis, la crucifixión y la resurrección de Jesús. Lo interesante es que, detrás de las secuencias explícitas (que en sí mismas se encuentran en clave), hay una sinnúmero de símbolos, figuras, asociaciones y remisiones que llevan connotaciones de las más variadas. El juego metatextual entre lo que se narra, lo que se pinta y lo que se filma es de un nivel difícil de alcanzar fuera de la mente de su director. El pintor explica su obra y el director interpreta esa explicación, ambientándola en la ocupación española de Flanders a mediados del siglo XVI. |