Corridas de Toros:Anatomia de la Tortura!


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El Rey es amante de las corridas de toros, afición congruente con la suya de matar osos, hermanos o elefantes, y puede que razón por la cual la Reina tenga más cuernos que una ganadería. Sin embargo, según la última encuesta realizada por SIGMADOS en julio de 2011, el 74,5 % de los madrileños considera que estos espectáculos deberían ser suprimidos y el 67,7% se muestra en desacuerdo de que las corridas de toros reciban ayudas económicas de los fondos públicos. Datos claros y contundentes.
Cómo no queremos caldo, nos dan dos tazas. La zorra de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, gobernando contra los ciudadanos como hace su partido, aumenta la subvenciones a los toros. La autora del tarifazo en el transporte madrileño que ha recortado/suprimido el presupuesto en la Comunidad en todas las partidas de gasto social, incluídas sanidad y educación; la misma que reprocha al Gobierno que “no se recorta lo suficiente y que las reformas van algo lentas“. A esta indeseable no le parecen suficientes los 2.197.407€ que los Presupuestos 2012 de la Comunidad contemplan para asuntos taurinos por lo que el pasado 7 de mayo se publicaba en el Boletín Oficial de la CAM la convocatoria de ayudas que la Comunidad de Madrid otorgará a los municipios de menos de 20.000 habitantes que realicen actuaciones dirigidas al apoyo y fomento de actividades taurinas, por un importe total de 256.871 euros.
torosLa golf…ista de la presidenta, para mayor provocación, impulsa un nuevo concurso en Telemadrid a modo de reality, “quiero ser torero”, una especie de operación triunfo taurino que pretende acercar a los madrileños “la vida, el aprendizaje y el sacrificio de un grupo de jóvenes que aspiran a convertirse en figura del toreo”, según señala la cadena. Un concurso muy educativo que enseña a los jóvenes a torturar y matar. Los que no lleguen a toreros podrán optar a ser antidisturbios, habrán adquirido buenos conocimientos para aplicar contra los indignados.
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Anatomía del sufrimiento
La lidia consta de una serie de tercios en los que el toro es picado, banderilleado, y herido de muerte con el estoque, siendo posteriormente descabellado y apuntillado.
La puya es un arma metálica cortante y punzante que consta de 6 cm de cuerda encolada y 2.5 cm de púa piramidal tan afilada en cada una de sus aristas como la hoja de un bisturí. Va provista de un tope cilíndrico que debería impedir que entrara en el cuerpo del animal más de esos 8.5 cm.
Son muchos los estudios anatomopatológicos que se han desarrollado sobre cadáveres de toros lidiados para determinar las lesiones que provocan.
En todos, absolutamente todos los estudios consultados al respecto, se reconoce que los puyazos suponen, entre otras cosas, un gran daño neurológico para el toro.
En más del 70% de los toros estudiados, se ha determinado que las puyas son clavadas en zonas muy posteriores a la indicada como “ideal”.
Las lesiones descritas afectan a más de 20 músculos, sin contar los intercostales y costales. Todas estas estructuras son necesarias para la movilidad del tercio anterior de animal, los movimientos del cuello, y de la cabeza, y para la función respiratoria. Pero no son sólo los músculos, tendones y ligamentos los que son seccionados, sino también importantes venas, arterias, y nervios
Los resultados indican que la profundidad media de los puyazos es de 20 cm, habiéndose encontrado trayectorias de hasta 30 cm. Se sabe que una sola vara puede abrir hasta 7,4 trayectorias diferentes.
Se reconoce que las puyas provocan fracturas de apófisis espinosas y transversas de vértebras, fracturas de costillas, y de sus cartílagos de prolongación, y que pueden perforar la pleura y el pulmón, dando lugar a neumotorax. Del mismo modo son inevitables las lesiones de la médula espinal, las hemorragias en el canal medular, y la lesión de nervios tan importantes como el plexo braquial (que se ocupa de la inervación de las extremidades anteriores), y de las ramas dorsales de los nervios espinales que se encuentran paralelos a la médula.
Las pérdidas de sangre que sufre un toro en la suerte de varas son algo contradictorias, oscilando entre el 8 y el 18% de su volumen sanguíneo. Un toro de 550 kilos perdería entre 3 y 7 litros de sangre tras los puyazos.
Las banderillas, que se clavan en número de seis, llevan en su extremo un arpón de acero cortante y punzante, que en su parte visible será de una longitud de 4-6 cm. Desgarran muchas de las estructuras anatómicas lesionadas con anterioridad por las puyas, y producen lesiones en unos 10 cm alrededor de donde han sido insertadas, aumentando la pérdida de sangre en el animal.
El estoque, una espada curvada de 80 cm de largo, debería lesionar o secciónar los grandes vasos que asientan en la cavidad torácica, es decir, la vena cava caudal y la arteria aorta posterior.
Lo que sucede con más frecuencia es que el estoque lesiona cordones nerviosos laterales a la médula, lo que provoca la desconexión de todo el aparato motor de la caja torácica, lo que añadido a la gran lesión del pulmón derecho, da lugar a una dramática dificultad respiratoria. La sangre pasa del pulmón a los bronquios, de allí llega a la traquea, y sale al exterior por la boca y la nariz.
En otras ocasiones se atraviesa el diafragma, lo que va a producir una parálisis por lesión del nervio frénico; la lesión del nervio frénico puede determinar compromiso de la función diafragmática con insuficiencia respiratoria.
Se dan casos en que las estocadas son tan traseras que pueden llegar a penetrar en el hígado y la panza.
El descabello se realiza con una espada similar al estoque, pero que lleva un tope de 10 cm. Su misión es lesionar y seccionar la médula espinal entre la 1ª y 2ª vértebra cervical.
La puntilla se le da al toro con un cuchillo de 10 cm de hoja, que una vez introducido en el espacio occipito-atlantoideo secciona el bulbo raquídeo, provocando la parálisis general del animal con disminución de la presión arterial. Los movimientos respiratorios se van paralizando y la sangre circulante, cargada de CO2, produce hipoxia en el encéfalo. Se dice que provoca la muerte instantánea del toro, pero no es cierto, ya que va a dar lugar a la la muerte por asfixia.
Algunos animales presentan durante algún tiempo después reflejos que son compatibles con la vida. La puntilla está prohibida en todos los mataderos de la UE por considerarse un método cruel de dar muerte a un animal.