El Prisionero (The Prisoner) (2009) – miniserie TV
Sinopsis:
Un hombre despierta en medio de un vasto desierto donde el único signo
de civilización parece ser El Pueblo, un lugar apacible e idílico en el
que todo el mundo es feliz. Allí sus ciudadanos son conocidos como
números y claman que no existe ningún otro lugar fuera de las fronteras
de El Pueblo. En ese misterioso lugar la máxima autoridad es 2, un
manipulador nato que pondrá toda su atención en el recién llegado, al
que todo el mundo insiste en llamar 6. En contra de las leyes de El
Pueblo, 6 intentará encontrar por todos los medios una forma de escapar y
volver a Nueva York, donde según un persistente sueño conoció a una
enigmática mujer. Pronto 6 encontrará entre los vecinos de El Pueblo a
más soñadores, gente que como él, insiste en que hay todo un mundo fuera
de El Pueblo. Sin embargo 2 no le podrá las cosas sencillas a 6. La
lucha entre los dos hombres, captor y prisionero, decidirá el futuro de
todos los ciudadanos del lugar.
Reseña:
Aclaración. El Prisionero no es un remake de la mítica serie con la que
comparte título -y poco más- sino una reinvención total de esta de la
que apenas toma ciertas ideas, que reforma y recompone, con las miras
puestas en los nuevos tiempos. En este sentido no hay comparación
posible, ya que las diferencias entre ambas son mayores de los factores
que las unen. Puede ser por tanto que muchos de los que esperaban un
remake al uso de gran fidelidad hacia el original, o simplemente una
adaptación a inquietudes actuales, pero leal al mismo, hayan quedado
decepcionados y extrañados. No es para menos: El Prisionero es una serie
desconcertante.
Como no podía ser de otra manera, cuando
lo que se tiene el frente es una obra calificada como “de culto” -qué
contraproducente es a veces este concepto- las malas críticas contra el
nuevo no se hicieron esperar. Cierto es que, una vez visionada la serie
por completo, es legítimo cuestionarse sobre el porqué del título o de
la persistencia de la gente de AMC de vendernos el show como el
mesiánico remake -por anunciado y publicitado- más allá de pretensiones
puramente comerciales. El Prisionero no es El Prisionero, evidentemente,
pero no por ello es una mala serie.
Como suele ser tradición en la cadena
-con títulos como Mad Men y Breaking Bad en antena, la calidad está más o
menos garantizada- AMC opta por el riesgo, con un guión muy elaborado y
una puesta en escena moderna y llamativa. La producción es de auténtico
lujo, logrando una ambientación que por excesivamente idílica y
azucarada, torna en perturbadora y claustrofóbica sin demasiado
esfuerzo. Igualmente la elección del reparto es acertadísima, con un
heorico Jim Caviezel -dejando un tanto en feo a quienes critican su
sosería-, un villano soberbio encarnado por el legendario Ian McKellen y
una ascendente Hayley Atwell, rostro a tener en cuenta dentro de la
última oleada de talentos británicos. Todo brilla al nivel que se
presuponía cuando se anunciaron las pretensiones del proyecto.
Este es también un aspecto peliagudo. El
Prisionero es una obra pretenciosa, sin duda, pero en ocasiones su
ambición y su genio superan al pragmatismo y la sencillez, obviando la
importante máxima que en televisión aconseja optar siempre por el simple
entretenimiento. La serie es por momentos deliberadamente compleja y
enrevesada, optando por colar llamativas ideas, cuidadas referencias y
escenas cargadas de significados ocultos, que aunque trabajadas y
brillantes, terminan por perder al espectador. Y el espectador perdido
-no confundir con intrigado o expectante- tiende a aburrirse. Este
exceso de vaguedad lacra de forma preocupante la diversión, por lo que
no es de extrañar que pese a su llamativo comienzo, muchos espectadores
optaran por abandonar la serie. Un consejo para estos: El Prisionero se
aprecia, se disfruta y valora desde una visión global, cuando es posible
juzgar la obra completa y atar la mayoría -todos es casi imposible- de
sus cabos sueltos. Su acertada duración convierte esos 6 capítulos en
una inversión de tiempo aceptable.
El Prisionero es pues una historia
interesante y sin duda muy trabajada, pero también demasiado intrincada y
por momentos puede que aburrida. En su puesta en escena se ha optado
igualmente por la complejidad, cuando tal vez una mayor sencillez en la
dirección habría logrado atrapar más al espectador en la trama. El
Prisionero es una obra de gran calidad en todas sus facetas, pero que no
logra crear una auténtica prisión sobre sus seguidores, dejando
numerosas puertas abiertas por las que escapar mucho antes de lo que sus
captores habrían deseado.
EL PRISIONERO 2.009
(THE PRISONER 2.009, AMC, Miniserie de 6 Capítulos con Jim Caviezel, Ian
McKellen, Ruth Wilson y Hayley Atwell. Creada por Bill Gallagher y Nick
Hurran).
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